siempre cortas el mango mal
sin pelar la piel
cortándolo cuadrado desde arriba
siempre cortas el mango mal
atascando tu cuchillo en la semilla
sacando tu cuchillo de la semilla
cortándote la palma con el cuchillo
siempre cortas el mango mal
nunca diciéndome cuánto te duele
en lugar de eso, diciéndome
cómo “no cultivan mangos como lo hacen en casa”
siempre cortas el mango mal
viendo tu sangre filtrarse a través del mango
lamentándote y suplicando
“Pero kanna, por favor, estoy haciendo lo mejor que puedo” (mientras tanto, la fruta amarilla se vuelve bermeja)
siempre cortas el mango mal
intentando cortar albaricoque en su lugar
como todos los demás
solo para complacerme
siempre cortas el mango mal—